Estuve horas pensando en que hablar, salieron
muchas cosas de mi mente y pocas de mi boca, en un principio quiero hablar de
lo abstracto, que es mucho, también es poco, es poco cuantificable o
incalculable, no tiene dimensión y eso desconcierta y confunde. Lo abstracto me
inundó y solo me deje llevar, es maravilloso y atormentador pudiendo, quizás,
describirlo (mejor dicho, escribirlo) en
muchas páginas de placidez, pero la vida está hecha de cimientos, y los
cimientos son concretos, hechos concretos de lo cual son base para nuestro
crecimiento y búsqueda, esa búsqueda que nos conlleva a la felicidad, sino cual
es el punto? Pienso (y actúo que la felicidad es un conjunto de momentos
placenteros delimitados por segundos, minutos, horas y días, con ápices de
sonrisas, gestos, miradas, tacto y piel. Que concreto es!! , palpable y también
incalculable. Separar lo abstracto de lo concreto es tarea de los humanos, sin
dejar que ninguna nos invada, manejando las magnitudes de lo real e irreal.
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