sábado, 3 de septiembre de 2011
Reportaje a Juan Carlos Harriot
¿Qué significa el polo en tu vida?
Desde chico fui medio fanático, me crié en Coronel Suárez, en dónde se jugaba mucho polo desde 1929 y quién introdujo el mismo fue el ‘’Paisano‘’ Andrada y luego prendió en las familias Garrós, Alberdi, Amadeo Videla y mi familia .
¿Por qué elegiste el polo como deporte?
Mi viejo jugaba al polo, mi gente conocida y por inercia, porque papá tenía cría y yo muchas veces ayudaba a los petiseros a hacer los caballos nuevos, me entreveré y me fanaticé, tuve la suerte de dejar el polo yo y que no me dejara a mí.
Jugaba siempre en los ratos libres, jugaba en el club, en el campo y de chico jugaba al polo en bicicleta. En el club pasaba muy buenos momentos con mis amigos jugando, polo, fútbol y demás deportes.
Hablame de tus domadores y petiseros, tus mateadas con ellos, que aprendiste ¿A quien recordas?
Con los petiseros vivía y mateaba, armábamos picados, era una relación de amistad y yo hacía todas las actividades. Mi gran petisero es David Quiess, que está conmigo hace 32 años. Un gran domador fue Iraizos, pero en este nombre quiero representar a todos los que estuvieron durante mi carrera.
Hay un proverbio árabe que dice: ’’la suprema felicidad de esta tierra está en el lomo de los caballos’’, lo sentís así, ¿los querés con pasión?
Los caballos son una de las partes del juego más importantes, yo los disfrutaba y me divertía hasta en los entrenamientos. Al inicio trabajándolo yo o mi petisero, los hacíamos trabajar en la hacienda, apartando y demás tareas.
Para la alta competencia se verificaba todo, desde la puesta a punto, como el peso, el estado de las manos y de las patas y acá era fundamental la complementación mía con el petisero y el animal.
También disfrutaba cuando los veía en la manada con sus madres y cerraba el círculo de pasión por el mismo.
Mis preferidas eran las yeguas, La Burra (que la jugué 11 temporadas y me dio 6 crías), la Pluma y La Gatita; en general el 80% de los animales eran yeguas.
¿Cuál era tu amigo?
Fue Horacio Heguy, con quién jugué 22 años seguidos, fue también mi gran compañero, con él empezamos a armar un gran equipo, en el cual jugaba mi padre, y después entraron Alberto Heguy y por último mi hermano Alfredo.
¿Contame del clásico con el Santa Ana, de los Dorignac?
Era un partido especial, con esa rivalidad que nos permitió progresar a los dos y llegar donde llegamos, porque la competencia, como en todo deporte mejora, en el nuestro la mejoría era en los caballos, en el juego, en las manadas, en el entrenamiento, etc.
En estos partidos, como digo siempre ‘’Nos jugábamos el resto”.
Desde enero se empezaba a pensar en el abierto, en los caballos, en el juego y demás necesidades.
¿Cómo eran los festejos después de los partidos?
Los festejos después de las finales eran tranquilos e íbamos a Mau-Mau (la cual era la boîte o boliche de moda, estaba en la calle Arroyo, entre Suipacha y Esmeralda) a festejar con nuestros hinchas, el domingo a la noche después de la final de ese día y se abría para nosotros, también iban los rivales y algunos de sus hinchas.
¿Qué gol o goles más recordas?
Los goles más lindos eran los que me daban los triunfos, no los más vistosos, si coincidía mejor, pero los que más disfrutaba eran los otros.
¿Contra quién debutaste en el Abierto de Palermo?
El primer partido en Palermo, en cancha 1 fue jugando en la Copa provincia de Buenos Aires.
Mi debut en el abierto fue contra el equipo de Enrique Alberdi, Ernesto Lalor, Roberto Cavanagh y Francisco Reyes Carrere a los 17-18 años, y este torneo lo gané por primera vez en 1957.
¿Qué te dio el polo?
Agradezco al polo, porque me dio amigos, la posibilidad de viajar, no me dio enemigos y jugué 2 series de la Copa de las Américas en 1979 y 1980, con buenos compañeros contra Estados Unidos, ganando los 2 partidos en Estados Unidos y los partidos en Palermo, estas series para Argentina las jugué con el equipo completo de Coronel Suarez y fueron las que más me divertí.
¿Cómo viviste la obtención del Olimpia de Oro, en 1976?
Este premio que otorga el Círculo de Periodistas Deportivos, lo obtuve a los 40 años y tuve el honor de recibirlo para el Polo Argentino y para mí personalmente.
¿Tenes alguna anécdota importante para contarme?
Una anécdota importante fue la de 1957, cuando ganamos Palermo.
Mi viejo y los Alberdi deciden hacer un team, que gana los Abiertos de Indios –Tortugas y Hurlingham. Juan Carlos ‘’Bebe‘’ Alberdi se lesiona a principio de la temporada y yo que era el 1, paso a jugar de 2 y en el lugar libre juega Bertil Andino Grant. El ‘’Bebe‘’ le presta sus mejores yeguas a Andino, al que también le prestan los Torres Zavaleta.
Semanas después, el “Bebe” se compone y arma otro equipo con Roberto Cavanagh, por supuesto que Andino Grant, le quiere devolver esas yeguas y Juan Carlos Alberdi le dice : ‘’Andan muy bien y si siguen así tienen posibilidades de ganar el Abierto, así que jugalas vos‘’.
La historia sigue y la final la jugamos contra el equipo del “Bebe” y Cavanagh, pero las mejores yeguas de Alberdi, las jugó en la final Andino Grant.
Gracias Nicheto Garcia Saenz!!
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